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reciclar para crear

Hace años, trabajando en un almacen entre Humanes de Madrid y Fuenlabrada, tenia un vecino que se dedicaba a fabricar rotulos luminosos. Tenia muchos encargos, era una empresa pequeñita de 6-8 operarios. Un día firman un contrato con un banco importante (no es el caso de dar nombre ...) para cambiar todos los rotulos luminosos de sus sucursales en Madrid y entorno. El trabajo consistia en fabricar el nuevo rotulo con su nuevo logo etc. y montarlos en las sucursales. A que no saben donde iba a acabar el rotulo viejo? A unos contenedores enormes que estaban situados en el patio comun de nuestras naves. Cientos de perfiles de alumino, hojas de plexiglas de colores, tornillos y cientos de tubos fluorecentes con cebador, transformador, clemas, cables, etc.

Mi sentido del re-utilizar y re-aprovechar los objetos no se quedó quieto. Me dedique los sabados a meterme en esos contenedores, a desmontar los tubos fluorecentes con todo la que llevaban, limpiarlos, ordenarlos, empaquetarlos y guardarlos. Era un instinto, no tenia ni idea para que lo guardaba o porque, solo me daba una pena enorme todo ese material que iba directo a la basura. Algunos meses despues visité Expoarte en Madrid y ví una escutura (no me fije de quien era) de un bidon industrial de plastico atravesado por un fluorecente en diagonal a modo de espada. Me quedé sorprendido de la luz blanca que emanaba el bidón. Dias despues se me ocurrió hacer la primera pet-lamp ...me quede encantado de la luz y atmosfera que crean los botes iluminados por dentro. Sobretodo me asombró la cantidad de colores distintos que existen en el mercado y cuando mezclo varios colores, se acerca mucho a un arcoiris. A partir de entonces todos al mi alrededor nos dedicamos a guardar los botes de uso cotidiano de casa. 25 años despues sigo teniendo muchos fluorecentes y hago mis pet-lamp que ya superan las docientas unidades...